martes, 15 de abril de 2014

Descripción de la segunda generación:

José Arcadio: Es el primogénito de Úrsula Iguarán y José Arcadio Buendía, tiene una gran fuerza de voluntad, heredada de su padre, y una forma de ser impulsiva. Tiene una relación con una amiga de la familia mucho mayor que él, Pilar Ternera, pero la abandona después de dejarla embarazada. Deja su familia por el amor que siente por una joven gitana, pero regresa sorprendentemente muchos años después como un hombre mujeriego, corpulento, hablando en lenguaje de marineros, con niños-en-cruz y tatuado, afirmando en su jerga que ha navegado por los mares del mundo y ha dado la vuelta al planeta 65 veces.


Coronel Aureliano Buendía: Es el segundo hijo de la familia y la primera persona que nace en Macondo. Tiene la mentalidad y naturaleza filosófica de su padre, puede pronosticar acontecimientos, posee una extraña manera de ser solitario y retraído, aunque de un carácter implacable. En su niñez tenía el poder de mover objetos y suscitar situaciones similares a fenómenos paranormales. Aprende de su padre la metalurgia y la platería, y se dedica a fabricar pescaditos de oro como oficio. Tiene un hijo con Pilar Ternera, a quien llamarán Aureliano José. Se casa con Remedios Moscote, una niña de apenas nueve años de edad, de quien enviuda poco después de casado. 


Amaranta: La hija menor de José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, Amaranta, creció en compañía de Rebeca; no obstante, sus sentimientos por su hermana adoptiva cambian ante la aparición de Pietro Crespi en la vida de los Buendía, ya que ambas se interesan en él durante su adolescencia y nace entonces una rivalidad entre ellas. Cuando Rebeca se casa con José Arcadio, Amaranta rechaza a cualquier hombre que la busque, incluyendo a Pietro Crespi, quien la corteja después de que Rebeca lo deja, pero lo rechaza de tal modo que hace que el italiano se suicide por ella. Es un ejemplo de una mujer que rechaza el amor porque tiene miedo de enfrentarse a su propio corazón.


Rebeca: Rebeca es una niña huérfana que llega a Macondo, tras un pronóstico por Aureliano Buendía, desde Manaure en compañía de unos traficantes de pieles, cuando tenía unos 10 años de edad, tras perder a sus padres, cuyos huesos conserva en un talego. Trae una carta en la que se explica que era hija de unos primos de Úrsula Iguarán en segundo grado que, ni ésta, ni su esposo recuerdan. Rebeca tiene el hábito de comer tierra y cal de las paredes. Lo hace a escondidas, de donde se deduce que sus padres o los que la criaron la han reprendido por ello. También tiene la costumbre de chuparse el dedo (incluso hasta su adultez). A ambos hábitos retorna cada vez que sufre una crisis emocional.

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